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viernes, 15 de abril de 2016

La MALTRATADA que al final resultó NO SER MALTRATADA

¡Hola a todos!
La verdad, hace bastante tiempo que no escribía. No hay excusa, pero tampoco nadie se ha quejado.
Como sabéis este blog lo creé principalmente para contar mis propias experiencias y expresar lo que opino a cerca de todo lo relacionado con la Violencia de Género/Doméstica, y no siempre hay algo interesante que contar.

Vamos al grano.

Antecedentes:
Hace unos meses, se me requirió para ir a atender a una supuesta mujer maltratada, unos de los días que estaba de guardia de Violencia de Género.
Cuando llegué al Juzgado, lo primero que hice fue entrevistarme con mi clienta, en un lugar reservado y lejos de las miradas de cualquier curioso. Allí, como es habitual, le hice una entrevista a fin de enterarme de los hechos que habían dado lugar a la denuncia, su situación laboral, familiar etc.
Conforme iba hablando, empezaba a no cuadrarme la historia. Resulta que esta mujer tiene 9 hijos, de 9 padres distintos (no pretendo prejuzgarla, sin embargo, menudo escándalo para cumplir un régimen de visitas a favor de esos 9 padres, no? una locura). Resulta que esos 9 hijos no están con ella, sino que están tutelados por diferentes organismos de protección de menores y ¿donde están esos 9 hombres que pusieron la semilla? en prisión. TODOS. Algo me olía a chamusquina. Los 9 fueron denunciados en repetidas ocasiones por mi clienta, por malos tratos (este dato se me confirmó en el propio Juzgado) y.... la cosa empieza a ponerse fea. Desde luego, la mala suerte se ha cebado con esta mujer. No ha dado con un solo maltratador, sino con 9, 10 contando el supuesto agresor que fue detenido y que dio origen a mi asistencia.
Esta mujer me manifestó que había tenido una relación esporádica con este décimo hombre y que el mismo no paraba de insultarla profiriendole expresiones como: puta, guarra, no vales para nada, drogadicta. También lo acusó de haberle agredido en alguna que otra ocasión e incluso pegarle bocados en la cara. Solicitó orden de alejamiento, la cual fue acordada. Él por supuesto, lo negó todo.
En mis labores de guardia en el propio Juzgado, ya se me informó de que esta mujer era "vieja conocida" (como para no serlo, pensé), y que se dedicaba a denunciar  para recibir la ayuda correspondiente. Una vez se le acababa elegía nueva víctima, y así sucesivamente hasta el décimo hombre que cayó en sus redes.
A pesar de todo, era mi clienta y estaba en obligación de creerla. Así lo hice, a pesar de que en mi fuero interno tenía serías dudas de la veracidad de la denuncia, teniendo en cuenta además los  siniestros precedentes de esta mujer.
No hará una semana cuando recibo una llamada de la susodicha clienta manifestandome, y transcribo la literalidad de sus palabras, que: "No quiere que le pase nada a (vamos a llamarle AB), que la denuncia que le puso ERA FALSA (ya lo había denunciado en una ocasión anterior, por lo cual fue condenado por esos hechos), que era FALSA ésta denuncia y la que le puso anteriormente también. Que le daba igual lo que a ella pudiera pasarle por haber mentido, pero que TODO ERA FALSO, incluidos los partes médicos (partes médicos que yo tuve que aportar, por supuesto)". Cuando escuché aquellas palabras me invadieron dos sentimientos muy contradictorios: por un lado no me inmuté porque acababa de confirmar mis sospechas desde el primer día que la ví, pero por otro me quedé petrificada porque hasta el día de hoy, no me había pasado que una clienta libre, voluntaria y directamente me dijera en mi cara que todo había sido una invención. Desde luego, ninguna ha ido tan lejos como ella. Pretendía, además, que lo pusiera en conocimiento del Juzgado, a lo que, por supuesto me negué porque, a pesar de lo reprochable de su actuación, no tengo legitimidad moral para hacer algo que pueda perjudicar tanto a mi propia clienta. Le insté a que ella misma lo hiciera en el Juzgado. ¿Sabéis que me dijo? "Ya he ido al Juzgado y he dicho que todo era falso". No me consta que se haya iniciado ningún tipo de acción contra esta mujer, quien abiertamente reconoce haber puesto no una, sino dos denuncias falsas, todo porque "AB se fué con otra chica, me puse muy celosa, y lo denuncié".
Estupendo. Un aplauso para tí. Y para el/los que no te mandan a tu sitio: la prisión.

Bueno, ni que decir tiene que he tenido que renunciar a la representación de esta mujer. Los motivos sobran decirlos porque son más que evidentes.

Quería compartir esta experiencia porque jamás me había pasado algo parecido. Cierto es que he tenido mis sospechas de que alguna que otra mujer ha puesto una denuncia falsa o quizá, no todo lo verdadera que debería, pero hasta llegar al punto de reconocerlo en mi propia cara, desde luego que no.
Muchas veces (la gran mayoría de ellas), no se trata de denuncias falsas. Simplemente se ponen en conocimiento unos hechos y es cuando entra en funcionamiento todo el operativo preparado para las victimas de violencia de género, que como ya sabéis todos que opino, a veces es totalmente desproporcionado. He visto como un Juez ha concedido una Orden de Protección con el testimonio de la mujer diciendo que, a pesar de que su pareja nunca la ha insultado, ni tampoco agredido, que no le tiene miedo etc., que con motivo de la separación le controla sus pasos, o le controla el móvil o le pide explicaciones de donde va ... Por supuesto que son acciones totalmente reprochables, nadie es quien para intervenir en la libertad de otro, pero ...Si alguno de vosotros sospecharais que vuestra pareja os está poniendo una buena cornamenta, ¿no preguntaríais? ¿no os mosquearíais? Somos personas eh! ¿dichas acciones son lo suficientemente graves como para que un Juez otorgue el uso de la vivienda familiar a la mujer,y  la guarda y custodia de sus hijos a ella? No sé yo, no sé yo.

Nos vemos en otro capítulo.

Saludos.

Elena Romero.
Abogada.
www.hispalawabogados.com